Hotel muy bonito, bonitas y cuidadas habitaciones, vistas estupendas desde la fachada que da a la ciudad desde dónde se ve la catedral de Salamanca.
Atención muy correcta.
A un par de minutos del centro de la ciudad en coche y con un centro comercial al lado.
Intentamos darnos un baño en la bañera de la habitación, pero el agua salía por el desague y tuvieron que cambiarnos de habitación a otra planta.