Buena situación en el c histórico, junto a la Fundación Helga de Alvear, y edificio con encanto. BDesayuno algo más que correcto y que se puede tomar en una bonita terraza.
En una anterior visita todo había ido bien, incluso el trato con el perro q nos acompaña. Esta vez, sin embargo, llegaba mucho ruido a la habitación, hasta bastante tarde, procedente creo que del patio interior y del bar situado en los bajos del palacio. El mal funcionamiento del aire acondicionado, que solo se puede controlar desde la recepción, casi siempre desatendida, complicó la situación. Una rebaja en el precio, equivalente a algo menos del importe del desayuno, intentó mitigar el disgusto.